"Extinguió el llanto fundiéndose en la herida, cosiendo filos con sangre desgarrada, bebiendo de su pulso el latir distante, haciendo suyas lágrimas ajenas.
El Dolor.
Ya no oía el llanto de la voz, sólo susurros, música… nana en los abismos." (Génesis III, Textos Infernales)